Capítulo439
—Sabes que no suelo encontrarme con clientes. Si no es urgente, hablemos mañana. También puedes enviar a un asistente —dijo Julieta.

—No, Fénix, este es un cliente importante, y no confío en nadie más. Por favor, hazme este favor y encárgate tú. Les dedicaré todo mi tiempo a ti y a Dulce durante el fin de semana. ¿De acuerdo?

Julieta se rio y dijo:

—Está bien, me rindo. Si usaras estas habilidades de persuasión con los hombres, no seguirías yendo a citas a ciegas.

—Fénix, eres la mejor. Te enviaré la dirección más tarde.

—De acuerdo.

Después de colgar, Julieta miró su celular. Ya era la hora. Debía irse.

Ordenó su escritorio, tomó su bolso y se marchó.

En Café La Costina.

Julieta entró a una sala privada y vio a un hombre en un traje blanco sentado dentro.

—Hola, ¿usted es el señor Gil? —preguntó Julieta.

Los ojos del hombre cambiaron ligeramente al verla. Asintió y dijo:

—Hola, señorita Beltrán.

Julieta pidió una taza de café, se sentó y explicó:

—La señora Beltrán tenía un asunto p
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