Tristán y yo nos miramos fijamente en silencio antes de que, de un paso al frente.
— Estoy esperando una respuesta.
— Yo…
— Quiero la verdad— dice en voz baja.
Se detiene frente a mí y, uno de sus dedos, toma la lágrima que baja por mi mejilla sin poder evitarlo.
— No podrías con ella—susurro — Yo misma no puedo con ella.
Frunce el ceño.
Intento pasar a su lado, pero me retiene.
— Estoy agotado de tantas mentiras, secreto—farfulla en voz ronca— Dime por qué me siento tan atraído a ti, como a ninguna otra. A veces, creo que estoy loco porque siento que estoy con… — se detiene y niega— Dime, ¿Qué haces aquí?
— Sientes como si yo fuera, ¿Quién? — cuestiono, acercándome a él. —Dime Tristán.
— A ella — susurra al fin.
Asiento en silencio.
Mi rostro tiene ciertas alteraciones. Me sometí a un par de cirugías. El rostro redondeado y dulce que él conoció, no existe. Me endurecí y él cegó su corazón.
— ¿Qué pasarías te digo que Gala no existe? — comienzo— ¿Qué pensarías si te dijera que, estoy