67. Pensativo
Alessandro
Él nos estaba viendo, o más bien a mí, sabía que era yo quien ocupaba el lugar de conductor, esa maldita mirada guardaba la calma de una promesa silenciosa, que sé que encargaría de cumplir en cualquier momento.
Dania acaba de decirme que le gusto un poco, no lo negaré, el corazón se me aceleró como jamás lo había hecho, una calidez aún más grande de a cuando la escucho reír creció en mi interior, pero ese gran sentimiento llegó acompañado de un profundo miedo, miedo a la amenaza de Dominic, por culpa de ese idiota no puede gozar este momento como debería.
No quiero perderla, no quiero que ella se vaya de mi lado, se ha convertido en algo tan fundamental y necesario para mí como el respirar, ella es la razón por la que sin quererlo soy un mejor hombre, y sin ella darse cuenta arrancó parte del pecado que se personificaba en mí, mi completa oscuridad se vio iluminada con su luz, y eso es un problema.
Dentro de mi oscuridad se encuentran muchos secretos ocultos entre la o