16. Indebido
Alessandro.
Está mal, lo sé, pero no me importa... he conseguido los horarios de la iglesia y jamás había estado tan al pendiente de quien entra y quien sale de ese lugar como estos días.
Hoy es sábado, tengo días que no he mirado por aquí a la pequeña fiera y comienzo a preocuparme en no verla por aquí, no quiero escalar a nivel 2 de acosador y buscar su casa.
En el programa de la iglesia dice que va a ver confesiones dentro de pocos minutos y quién sabe quizás si la mire hoy por aquí, si no, nunca es perdida de tiempo el venir por estos rumbos, puedo meterme al club a entretenerme un rato, aunque eso no me parece tan alentador últimamente.
Me pongo cómodo en el asiento del auto y recibo un mensaje de una chica que estoy considerando seriamente en aceptar sus llamados de lujuria, cuando un bonito cabello de un tono acaramelado inconfundible aparece en mi visión a lo lejos... tiene unos Jeans y una gran sudadera puesta, mis ojos se van a ese trasero que desearía apretar con ambas ma