122. No te precipites
Alessandro.
Stefan está en la cocina junto con Renata, ella le está metiendo unas moras en la boca y él como todo gatito manso las acepta con una sonrisa, pero eso desaparece al darse cuenta de mi presencia, vuelve a tomar su actitud de pantera asesina, antes de que pueda echarme, hablo.
— El padre de Dania quiere hablar conmigo en un restaurante.- Renata levanta ambas cejas y mira sonriente a Stefan quien mantiene su mirada de seriedad total sobre mí.
— ¿Y? Está bien ¿no? Si aceptó hablar contigo es una buena señal. - Stefan me responde con su voz malhumorada.
— ¿Estaría bien si le pido la mano de Dania de una vez?.- Renata se mantiene en silencio, pero noto como abre la boca sorprendida y me mira.
— Pues… Sería una buena manera de dejarle ver que vas en serio con su hija.
— ¡Están locos ustedes dos!.- Renata alza la voz y ambos la observamos. — La chica acaba de salir de una situación de abuso y chantaje por parte de otro sujeto, ¿Tú qué harías si estuvieras en la posición de