Todo parece transcurrir al mismo tiempo.

— ¡Ataca!— grita Nick golpeando inmediatamente después, tres veces el suelo con su puño.

Las vibraciones viajan rápido por el suelo y en ese momento se escuchan ruidos en medio de los pinos, acunados por la oscuridad de la noche.

De forma inminente el peligro se hace presente y para todos es evidente un maschla listo para el ataque. Bufando acelerado y con los cuernos en posición de impacto.

La bestia comienza a correr en dirección de la jaula, en contra de Oleika.

Ella se concentra en las ondas producidas por las pisadas del maschla cada vez más fuertes, cada vez más cercanas.

Todo su cuerpo tiembla por la calentura, debilidad, desgaste y sobre todo pavor, porque hasta este momento se había sentido segura.

Ella tenía la esperanza que se podría resolver de forma que todos se mantuvieran con vida…. Por lo visto se había equivocado.

“Por favor Maschla, por favor déjame vivir, déjame disfrutar la libertad que tanto tiempo estuve buscando, que tan