Capítulo 259.
A pesar de encontrarse en el centro del territorio de la manada Garra Dorada, Luisa siente que su respiración sigue sin controlarse.
“Simplemente no puedo sentirme segura, necesito detenerlo, pero… ¿cómo?” piensa ella al mismo tiempo que camina desesperada por encontrar una luz de esperanza en este mar de oscuridad y pesadillas.
Sabía que estaba rodeada de criaturas que podrían arriesgar su propia vida para protegerla. Pero tal vez se había vuelto demasiado avariciosa.
Deseaba sentirse en paz, tener una vida en la que ella pudiera tomar sus propias decisiones sin estar a la espera de ese maldito.
Justo un instante antes de empujar la puerta de la oficina del Alfa Malcolm alcanza a escuchar que hay voces dentro.
— Esto es lo más complicado de lo que he vivido en todos mis años— la voz aferrada a un instinto de supervivencia de parte del Alfa le rompe el alma.
— Debemos encontrar una salida— dice Gerardo, al mismo que Luisa escucha un jadeo de parte del guerrero.
Una risa amarga s