Franco había soñado con este momento demasiado tiempo como para dejarlo ir fácilmente.

— Mira, nadie sabe para quién trabaja, mi padre, su padre y el padre de él — dice Franco con una tranquilidad que provocaba temor, era un ser carente de sentimientos— lucharon, asesinaron y pelearon por contener un poder ilimitado de brujos en este bendito contenedor…— Dice el tratando de poner el huevo de oro justo en un diminuto rayo de luz que se filtraba por la pared— ¿y que? ¿y qué pasó después?— cuestiona él sin esperar respuesta…— me ponía a prueba a mí— en ese momento la frustración comenzó a escucharse en su voz— a mí ¿comprendes guerrero desgraciado? a mí que yo nací para reinar, yo nací para gobernar, yo nací para trascender y ahora solo es cuestión de tiempo ¿sabes?

En la mente del príncipe todo estaba hecho como tenía que ser en realidad. Los jadeos de Devon eran el único sonido que acompañaba el latido constante de los corazones de ellos dos.

— Tengo rastreada a mi hermanita, a mi amad