— Konstantin cálmate por favor – dijo Max al verlo que comenzaba a sacar artillería pesada de la armería del CNI.
— Iré por ese malnacido, se metió con lo único que queda de mi familia – gruño – No me quedaré de brazos cruzados.
— Sabes que tú solo no podrás y que cuando estás caliente todo sale mal. Debes calmarte y pensar en un plan.
— Y cuando piense en ese plan mi madre habrá muerto.
— No quiero usar la carta – suspiro – Pero Ayde te hubiera detenido.
Konstantin se detuvo, soltó las armas dejándolas caer al piso, Katherin y el resto se quedó en silencio cuando Max dijo eso. Eyra estaba ahora más intrigada por Ayde.
Había dado en el punto débil de Konstantin.
— No metas a Ayde en esto.
— Tengo que meterla en esto, porque también fueron su pelea – lo miró – Te recuerdo que ellos mataron a su única hermana, tenía 21 años cuando recibió su cabeza por correo – Konstantin tenso la mandíbula – Estaba como tú lo estás ahora, pero tú mismo la calmaste. Idearon un plan para acabarlos.
— Ay