Las bombas de humo inundaron el lugar, las personas comenzaron a toser, 10 hombres armados hasta los dientes derribaron la puerta del despacho jurídico, ordenando que todos se fueran al piso.
Un hombre con un arma larga comenzó a caminar entre cada uno de los abogados que estaban en el suelo, él no estaba ahí, así que dio la orden de que le trajeran a uno de los abogados que estaban en el piso.
— ¿Dónde está Nick Miller?
— Ya no trabaja aquí – dijo un hombre. – Hace meses que dejó el despacho.
— ¿Por qué?
— No lo sé, solo se fue.
Soltó un fuerte suspiro y pateó una silla.
— Cálmate – susurró un hombre que se puso a su lado. – Vamos a encontrarla – se acercó al hombre. – Quiero todas sus cosas, reportes, últimos casos y los quiero ahora.
El resto de hombres se mantenía apuntando a cada abogado, mientras uno traía todo lo que habían pedido. El líder del ataque se metió en una oficina, se quitó el casco y la máscara que cubría su rostro y miró al frente. Pasó la mano por su cabell