¿– Cómo te sientes madre?
Dice la chica de ojos púrpura entrando por el gran salón.
– Mucho mejor que antes.
Dice absorbiendo el alma de una humana hasta dejarla seca.
– Me alegra escuchar eso madre.
Dice con una sonrisa acercándose a su madre.
– Tú siempre tan gentil querida, dime ¿Cómo van los planes?
– Todo marcha perfecto y sí la traidora de Lucíana está junto a los labos.
– Esa maldita, siempre llevando un paso adelante.
Dice la mujer con furia.
– Tranquila madre no te alteres, me he encargado de que los lobos la odien y el alfa de los alfas desconfía totalmente de él ella.
¿– Estás segura?
– Claro que sí, verás que pronto la tendremos de nuestros lado, ya todos nuestros aliados se están uniendo, sólo falta reunirnos para empezar la guerra y acabar con todo a nuestro paso.
Dice la chica con una sonrisa sieniestra.
– Confío plenamente en tí hija, espero que pronto Lucíana nos entregue la daga de la inmortalidad, esa maldita lo ocultó muy bién.
Dice la mujer apretando los puños.
–