Xana no demoró mucho en abrir los ojos. Le costó mucho espabilarse sobre todo por lo cómoda que se sentía y a la vez relajada. Fue entonces que se dio cuenta que no estaba durmiendo en el incómodo sofá… bueno incómodo en comparación a donde estaba acostada ahora.
Se sentó lentamente apoyándose de las manos y corrió el cabello de su rostro hacia atrás. Esa… era la cama de White. Olía a él en todos lados, sobre todo en la colcha que cubría su cuerpo y, además, las feromonas de él estaban impregnadas en su piel. Y no podía negar que ellas la calmaban. Incluso cuando él estaba cerca y la tocaba su cuerpo reaccionaba de formas tan diferentes a cómo era ella.
Se apretó el tabique. Tenía recuerdos confusos de lo que había pasado durante toda la noche. Odiaba ese estado y le tomó algunos minutos forzar recordar lo ocurrido y organizarlo cronológicamente, aunque no del todo.
Sin embargo, incluso por encima de haber dormido toda la noche sobre el cuerpo desnudo de alfa, estaba que había podido