En el caos de la vida, encontré mi paz en tu sonrisa y mi refugio en tus abrazos

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Cristal:

Me siento en el suelo, cansada por los entrenamientos. He terminado sudando de más. Suspiro. Asun se acerca a mí y me da una botella de agua.

—Aquí tienes, Cristal. Bebe un poco. Te lo has ganado —me dice Asun.

—Gracias, Asun. Eres muy amable —le digo, tomando la botella.

—No hay de qué, Cristal. Eres una alumna muy aplicada. Has aprendido mucho hoy. Estoy orgulloso de ti —me dice Asun.

—Gracias, Asun. Tú eres un maestro muy bueno. Me has enseñado mucho hoy. Estoy agradecida contigo —le digo.

—De nada, Cristal. Es un placer enseñarte. Eres una mujer muy valiente y fuerte. Tienes mucho potencial —me dice Asun.

—Gracias, Asun. Tú también eres muy valiente y fuerte. Tienes mucho talento —le digo.

—Gracias, Cristal. Eres muy dulce. Bueno, pues, ya hemos terminado por hoy. Nos vemos mañana —me dice Asun.

—Vale, Asun. Nos vemos mañana —le digo.

Me pongo de pie como puedo. Salgo con Dei