9:15 pm.
Regresamos a la casa y yo me sentía mejor que nunca.
— Ya estás feliz ¿eheh? —dijo con una sonrisa burlona en su rostro.
— Por supuesto, feliz como una lombriz —dije con una gran sonrisa y contoneando mi cuerpo de un lado a otro en una especie de baile extraño que hizo reír a mi amigo.
— Claro, hiciste varias compras y yo tuve que cargar todo, ¿acaso soy tu novio? ¿Eh?, dime, no tengo que estar haciendo esto —protestó.
— No eres mi novio, pero eres el mejor amigo-hermano mayor del mundo, te quiero mucho Hooey —dije pellizcándole las mejillas—. ¿Quién es mi Hooey?, ¿quién?
— No soy un niño pequeño ni tu mascota Ame —rezongó.
— Sabes que no parar&e