— ¿Por qué no dejas que ella decida? —dijo Carlos tomándome del brazo.
— Suéltenme los dos —Me zafé de ambos alejándome de ellos—. ¡No quiero ir con ninguno!
— Lo siento —Me dijo Seung.
— ¿Por qué? —pregunté con el ceño fruncido.
— Por un par de cosas anteriores, y por esto —fue hasta mí y me cargó en brazos caminando en dirección a casa.
Noté como Carlos había tratado de seguirnos hasta que una llamada llegó a su móvil y dio la vuelta marchándose de ahí.
— ¡Bájame Wang Seung! —exclamé por séptima vez…o tal vez era la octava, perdí la cuenta.
— No lo haré —Se neg&oac