Flor Pérez
Aún no me dice Christian a dónde vamos, pero él ha tomado camino a la autopista para Puebla. De pensar que este era el camino que habitualmente mi familia tomaba para ir de regreso a casa, luego de llevar las flores de cada mes al grupo Walker.
¿Cuánto tiempo ha pasado? Llevo años sin ir a casa, bueno, ya no debe haber nada ahí, ya no debe existir mi casa, recordarlo me genera una punzada en el estómago, llevo poco más de 13 años sin ver mi hogar, sin ver dónde crecí.
El sentimiento de culpa traté de reprimirlo en lo más profundo de mi ser, pero por más que intento, el ver el camino, hace que eso que tenía enterrado, salga a flote.
- Christian, ¿A dónde vamos? -preguntó incómoda.
- Es una sorpresa… Pronto llegaremos. -dice y esa respuesta no logra calmar mis nervios.
No digo nada más, mientras siento cómo aquella opresión comienza a subir más desde mi estómago hasta mi garganta.
Mis niños van muy tranquilos disfrutando del viaje, los veo de momentos por el retrovisor, me so