En ese instante, María tuvo cientos de pensamientos en su mente.
¿Qué tipo de condición tan tentadora habría aceptado su padre para ayudar a Nicolás a forzarla a quedarse casada?
Pensó confundida y luego dejó de forcejear lentamente.
—María, acostarte conmigo es un asunto legítimo —Nicolás aprovechó la oportunidad para presionarse sobre María y abrió sus labios con fuerza, su lengua ardiente explorando sus dulces labios llenos de humedad.
—¡Mmm… déjame ir!
María no pudo defenderse y se quedó casi sin aliento debido a su avance.
Su cuerpo estaba completamente dominado por él, y María no podía ejercer suficiente fuerza para apartarlo. En ese momento, recordó cómo su lengua se había movido de la misma manera en la boca de Sara, y sus ojos se volvieron fríos. Abrió la boca y lo mordió ferozmente…
—¡Uf!
Nicolás no esperaba eso y emitió un quejido sofocado. Sintió un agudo dolor en su lengua mientras el sabor a sangre llenaba su boca.
—Nicolás,¡sal de inmediato de mi vista! —dijo María co