El Cuidador Diurno
La orden se ejecutó de inmediato. Los guardias se lanzaron hacia Grace con velocidad sobrehumana y Caleb reaccionó con un rugido gutural, su cuerpo tensándose para interceptarlos. Gavin, sin embargo, se movió con la fluidez de un depredador y, en un parpadeo, su presencia cambió por completo. Su piel adquirió un brillo pálido y sus colmillos se asomaron en un siseo mortal que hizo retroceder a los atacantes por un instante.
Pero entonces ocurrió algo inesperado.
Cuando los guardias estuvieron lo suficientemente cerca, Grace levantó instintivamente el brazo para protegerse. De su muñeca surgió un destello de luz dorada, una explosión brillante que se asemejaba al resplandor del sol mismo.
Los vampiros en la sala cayeron de rodillas al suelo con gritos de dolor, cubriéndose los ojos cegados por la intensidad de la luz. Las sombras s