Dicen que cuando encuentras al amor de tu vida, no hay nada ni nadie que te pueda alejar de éste, no importa el lugar de donde viene o el pasado del mismo. Esto no lo creía Diego D'angelo hasta que, después de una noche en Ibiza, conoce a Valle Sandoval una chef mexicana que le roba el corazón y lo hace emprender la aventura de su vida. Sin embargo, no sólo el amor será lo único que esté presente en esta relación, un nuevo país, un nuevo hogar y una nueva familia entrarán a la vida de este guapo empresario, ¿podrá ser el amor el lenguaje que una a esta pareja tan diferente? Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2108118723106 TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©
Leer másDespués de un año de depresión y de evitar salir a toda costa, hoy por fin era el día de renovarme y empezar una nueva vida. Mis mejores amigas habían planeado este viaje a Ibiza desde hace meses, querían que fuera el mejor de mi vida para olvidarme de todo y hacer nuevos recuerdos.
La verdad, yo no tenía ganas de ir de club a beber y a bailar, porque para mí el verano significaba playa, sol, un libro y posiblemente algún cóctel en la mano, tipo bloody mary, pero al final la gran insistencia de todas ganó y ahora estoy aquí sentada, vistiendo un pantalón blanco y un top rojo, viendo por la ventana y escuchando música electrónica que a todo volumen suena en el auto mientras ellas gritan a los chicos guapos que van pasando por la calle.
― ¿Todo bien? ― interrumpe mi amiga
― Sí claro, sólo estoy viendo Ibiza de noche ― le contesto para luego ignorarla de nuevo y seguir con mis pensamientos.
Es la primera vez que viajo a Europa, después de aquí iremos a Madrid, Paris, Londres, Italia para luego regresar a la rutina, situación que no me desagrada en absoluto. Me gusta mi trabajo, me apasiona, es fácil y no tengo jefe, mi socio y yo nos llevamos bien así que no tengo porque odiar lo que hago. De pronto, los recuerdos de como termine aqui se pasean por mi cabeza.
― Verás que la pasaremos genial ― Me dijo mi amiga Sandra cuando pagó el boleto para Europa ― podrás olvidarte de ese tal ¿cómo se llama? ¿Jairo?―
― Javier ― Respondí con pocas ganas.
― Bueno, bueno, da igual, sólo sé que te la pasarás genial y con lo guapa que estás seguro y te ligas a otro.― Me aseguro.
Javier y yo habíamos tenido una relación de 4 años con planes de boda. Después de regresar de Corea del Sur, de un intercambio estudiantil, a los pocos meses decidió dejarme a mitad de la noche. Cuando desperté encontré una nota que decía.
“Lo siento, no puedo seguir con esto. Me regreso a Corea.”
Tiempo después descubrí que se había enamorado de una chica inglesa allá y que al no tener valor de romper el compromiso decidió abandonarme y dejarme con toda la amargura que sentía. La verdad hubiera preferido un "No eres tú soy yo" antes de quedar como estúpida sin poder hacer ni decir nada, con miles de pendientes por cancelar, mientras el otro se la pasaba de lo más lindo con esa inglesa que de seguro no tiene ni gracia.
«¡Qué idiota!», vuelvo a pensar tan sólo recordarlo.
―¡Hey! Llegamos ― me interrumpe Sandra de nuevo regresándome a la realidad.
Nos bajamos del auto y entramos al club, "uno de los más populares en Ibiza" según nos dijo el chico del hotel cuando le preguntamos por lugares para bailar. Está bastante lleno pero hemos logrado con facilidad, tal vez sea porque Laura trae un escote de infarto, o porque Irina es rubia de ojos azules. Si me pregunta a mí, creo que de mis amigas soy el "patito feo", no soy muy alta, ni rubia de ojos azules, aunque tengo buen cuerpo y me han dicho que tengo bonito tono de piel “bronceado” como lo han llamado por ahi y ojos verdes, herencia de mi abuela.
Entro un poco cohibida, y pareciera que se me ha olvidado cómo comportarme en un club después de cuatro años sin salir a estos lugares. Javier es antropólogo por lo que los bares y clubes nocturnos no eran muy de su agrado, incluso yo lo conocí en una exposición de arte, no sé como hicimos "click" pero algo me hizo porque ahora que estoy en este lugar , un lujoso club en Ibiza, viendo como todo el mundo baila, yo sólo quiero salir de aquí.
― ¡Ven! Vamos a bailar, estamos aquí para eso, no seas aburrida ― me dice Irina mientras me jala hacia la pista.
La canción que suena a todo volumen es una de mis favoritas así que empiezo a mover mi cuerpo al ritmo de ella, primero un poco tímida, pero después de pensar mil veces "¡Qué chingados!" bailo con más ánimo hasta que me dejó llevar completamente. Estoy tan entusiasmada en lo mío que no me doy cuenta que Irina ya no está a mi lado y que me encuentro completamente sola bailando en la pista, algo que ya no me importa, y al terminar la canción, me voy a la barra para pedir una bebida.
― Whisky con agua mineral y hielo ― le digo al chico. Él me sonríe y me da la bebida. Me quedo un rato observando desde la barra a mis amigas que por arte de magia ya tienen chicos al lado. De pronto, siento la mirada de alguien que me ve del otro lado, es un chico alto, de cabello oscuro algo rizado, facciones profundas, ojos negros que parecieran atravesar el alma, y una sonrisa encantadora, por si esto fuera poco, tiene buen cuerpo. Cuando nuestras miradas se encuentran, levanta su vaso en señal de saludo. Yo sólo sonrío y hago lo mismo.
"Ven" me dice con la mano.
"No, tú ven" le digo con el dedo, dejándome llevar por la situación. Él se ríe pero no se mueve así que doy por hecho de que mi pequeño ligue ha concluido. Tomó otro trago de Whisky y nuestras miradas vuelven a encontrase.
"Ven" insiste con la mano mientras sonríe. Yo sólo sonrió y le digo salud mientras levanto el vaso con el whisky que sobra y me tomo lo que falta de un sorbo, nuestras miradas se junta de nuevo y él hace lo mismo con su bebida.
Me volteo a la barra para pagar la bebida, pero el barman en lugar de traerme la cuenta me trae otro Whisky.
―No he pedido nada más ― le digo aclarando la situación.
― El hombre de allá me dijo que te diera otra bebida, supuse que pedirías otro Whisky.
Vuelvo a voltear y él está distraído platicando con sus amigos, al sentir mi mirada se voltea sonriente y vuelve a decir "ven" con las manos.
― Le puede decir al chico de allá que no acepto bebidas de extraños, gracias.―
El bar tender me sonríe ― La bebida no tiene nada, si eso es lo que piensas.― Aclara.
― No importa lo que piense, es una regla que tengo, dile que muchas gracias pero no la aceptaré― Insisto.
― Creo que te llama ― contesta el barman interrumpiéndome.
Volteó de inmediato y me lo encuentro frente a mí haciendo que me sienta increíblemente nerviosa, su bien trabajado pecho se encuentra justo a la altura de mis manos y no puedo evitar tocarlo.
― Creo que la vista está mucho mejor de aquel lado ― me dice mientras sonríe coqueto y me ve a los ojos.
― Para mí la vista estaba mejor de este lado ― le respondo de inmediato.
― ¿No aceptarás mi bebida?―
― No acepto bebidas de extraños ― informo mientras retomo mi compostura.
― ¡Ah! Eso es... entonces podríamos presentarnos, es mi oportunidad de causarle una buena impresión a una mujer hermosa como vos― Dice haciendo que reconozca su acento inmediatamente.
Sonrió mientras siento como mi cara se torna de color rojo, si las luces estuvieran totalmente prendidas él lo notaría de inmediato ― Si te digo que soy difícil de impresionar, ¿me crees?― Hablo segura y ahora si deseo con todo el alma ese whisky.
Él se lleva las manos al corazón fingiendo dolor ― Me rompes el corazón ¿sabes? Pero me gusta eso, quiere decir que sos una mujer interesante, y si hay algo en la vida que me gusta, es exactamente eso ¿cómo te llamas?― Cuestiona finalmente.
― Me llamo "nombre" ― Contesto de inmediato sin saber porqué, tal vez los nervios me están pasando factura en este momento que he perdido mi capacidad de responder decentemente.
― ¿Nombre? ― repitió asombrado ― ¿También sos extranjera?― Cuestiona siguiéndome el juego.
― Así es, no soy de aquí, pero tampoco te diré de donde soy ― respondo entrando en un aire de misterio que no conocía.
― ¡Ah! A “Nombre” le gusta el misterio ― Comenta ― ¿Qué nombre me podrías a mi?―
― Mmmmmm... ― pienso por un momento―¿argentino? ― dije de inmediato por su evidente acento.
― Algo un poco obvio y acertado. Bueno, Nombre, ¿Qué te parece si nos vamos de acá?― Me propone de la nada.
― ¡Guau!, sí que eres rápido ― contesto sin pensarlo― llevamos como diez minutos de conversación y apenas va a empezar el reguetton.―Bromeo.
Él se ríe ante mi comentario― Estamos en Ibiza, este lugar no es para la gente lenta ¿entonces?― Presiona.
Doy vuelta a la barra y vi que el barman había dejado ahí el Whisky, sin dudarlo dos veces me lo tomo de un solo trago sintiendo como me marea un poco.
«Hubiera preferido un tequila», no puedo evitar pensar.
― ¿Eso es un sí? ― Pregunta mientras se ríe al ver la reacción que tuve.
― Es un tal vez, la verdad es que me agradaría salir de aquí.― Confieso.
― Perfecto, pero vamos a salir por la puerta de atrás ¿ok? Mi auto se está estacionado del otro lado― Explica.
―¿¡Qué?!― Pregunto extrañada.
Pero él me toma de la mano y hace que lo siga atravesando la pista de baile. Volteo un poco alerta buscando a mis amigas con la mirada pero no las veo, me han abandonado por completo y ahora, camino fuera del club con un desconocido, muy guapo por cierto, pero desconocido al fin.
«Creo que no debería de ver tanto Investigation Discovery», pienso mientras salímos por la puerta de atrás.
― Te ves asustada ― Dice él interrumpiendo mis pensamientos ― ¿Crees que soy un asesino o secuestrador? ― Pregunta mientras me mira con demasiada sensualidad.
― ¿Lo eres?― Inquiero.
― No sé, lo averiguaremos ¿estás lista? ― Habla y me abre la puerta para que yo me suba al automóvil.
Lo dudo por un momento pero cuando cierra la puerta sé que no hay vuelta atrás. Él se sube del otro lado y arranca dejando el estacionamiento y llevándome lejos de ahí.
CAPÍTULO FINAL(Mendoza – Finales de noviembre) [DIEGO]Me preparo para subir al escenario mientras que escucho el silencio de la gente esperando por mi discurso después de que uno de nuestros vinos ganará el mundial. De repente, el silencio se transforma en aplausos mientras me entregan el premio. El sonido retumba en las paredes pero en lugar de morir de emoción como debería hacerlo después de tanto esfuerzo, hay una angustia que me invade por completo y que no sé como arrancarla de mi pecho. Recibo el premio, doy un mensaje de agradecimiento y aliento a los colegas del rubro, y de inmediato me bajo de este lugar.Prácticamente huyó hacia el camerino donde me dejaron estar antes, y cierro la puerta detrás de mí. Me paro frente al espejo y vuelvo a ver mi rostro, mis ojeras son evidentes, he pasado muchas lunas en vela, buscando su cuerpo y su aroma a lavanda. Mi trabajo no ha sufrido ningún daño, ganamos el mundial con nuestro último vino, debería estar feliz, la he librado ¡Die
[VALLE] De camino al aeropuerto ambos vamos callados, se siente como una despedida aunque en verdad no es así. Dentro de unos días yo me uniré a él y volveremos a estar juntos como ahora, sólo que ahora en su país, con su gente, con su familia y sus negocios. Al llegar, entramos a un restaurante y pedimos de desayunar, como siempre él pide de todo y yo sólo me río cuando me dice que a veces no puede comer bien en el avión. Mientras desayunamos, Diego me muestra su "Agenda anti-valle" así le he puesto yo porque los espacios que tiene para pasar tiempo conmigo son bastante reducidos. Sin embargo, le he prometido que me adaptaré a sus horarios y que trataré de estar presente en cada cosa que deba hacer, aunque eso me lleve a convivir con Sam, y él promete dormir a mi lado cada noche que pueda o en su caso mandar por mí para hacerlo. Ahora si me agrada ese pretexto de que no puede dormir si no estoy a su lado. — Antes de subir al avión me envías un mensaje, ¿vale? Necesito saber que
En verdad no entiendo cómo es que Diego ha logrado reducir toda su ropa a 2 maletas, pero necesito su secreto para cuando yo deba viajar para allá, porque no sé si podré hacer lo mismo, aún cuando doné parte de mi ropa y le regalé otra a mis sobrinas y cuñadas.Ambos saltamos las cajas del piso mientras revisamos que nada se quedé sin empacar, hoy debemos dejar el piso, así que yo me iré a casa de mis padres mientras veo los últimos arreglos de Casa Sandoval y espero el permiso de Benito Bodoque para poder llevármelo a Argentina. Diego se comporta raro y se mueve un poco más lento de lo normal, hace pausas bastante largas y entre que revisa el móvil y se queda viendo a la nada, el tiempo está pasando y debo llevarlo al aeropuerto dentro de poco. — Topi — le digo desde el marco de la puerta de nuestra habitación. Él se encuentra sentado en la orilla de la cama, listo para viajar a España —¿Todo bien?Me acerco a él y me siento a su lado. De pronto lo siento un poco angustiado y pre
[DIEGO]Vistiendo un saco azul, camisa blanca y pantalones beige, me encuentro esperando a Valle en la cocina. Desde el cambio de imagen que le hizo Lando ahora tarda años en arreglarse, así que de pronto me he convertido en el típico esposo que repite su nombre una y otra vez obligándola a que se apure, aunque en realidad confieso que siempre vale la pena esperar. — Corazón— vuelvo a decir en voz alta mientras reviso la lista de pendientes y escucho tomar agua a beni. Ella no me contesta, supongo que se ha cansado de gritar ¡Ya voy! -—Valle, mi amor, que no se te olvide recoger la ropa de la lavandería— le digo en voz alta mientras lo agrego a la lista. — ¿Qué te parece "impaciencias"? — escucho su voz y me río yo solo. Volteo. De repente la veo en frente de mí vistiendo un saco amarillo, pantalones del mismo color y una blusa de encaje negro que le combina a la perfección. Su cabello negro está amarrado sencillamente con un pequeño rodete y el dije de perla cuelga de su cuello ¿
[DIEGO] Hay cajas por todos lados del piso que empiezan a sobrepasar los espacios disponibles para caminar evitando que podamos movernos con facilidad para continuar empacando más. Afortunadamente el cuarto de Emma ya es sólo un cuarto más en la casa y podemos ir guardando todo ahí para liberar espacio. Según Valle y yo no teníamos mucho que empacar y ahora que lo estamos haciendo nos hemos sorprendido ¿cómo metes en cajas casi 6 meses de recuerdos? Y ¿Quién pensaría que era tan difícil empacar una cocina? Por suerte Valle se encarga de eso, mientras yo me peleo con Benito Bodoque no que no deja de meterse en las cajas y jugar en ellas. — Venga Beni— le digo con cariño mientras me agacho y lo vuelvo a sacar de la caja — no estarás tan feliz cuando pases 9 hrs en una transportadora ¿o sí?— el gato maúlla y yo lo acaricio. Es increíble como puedes querer tanto a un animal y llevarte tan bien con él. Lo sacó con cuidado de ella y lo pongo sobre el piso. Dos minutos después se enc
[DIEGO]La tomo de la mano para llevarla a la cama pero ella se queda de pie —¿Qué pasa? — pregunto. — Dame un segundo— y busca algo en su maleta y después se mete al baño. A estas alturas, en verdad no sé qué vaya a pasar. Puede que Valle se encierre en el baño y no salga porque aún no quiere que la vea en ropa interior o puede que pase algo inesperado. Veo de nuevo mi móvil porque Sam me está volviendo loco con los mensajes cuando escucho su voz. — No es roja pero te traerá recuerdos— y cuando levanto la vista veo a Valle enfrente de mí con una hermosa ropa interior blanca que al reconocer me hace sonreír —Pensé que si vamos a hacer esto de nuevo, podríamos recordar una que otra situación. Apago la luz de inmediato y Valle se ve hermosa con la leve luz que entra por la ventana y me hace recordar la primera noche que estuvimos en Ibiza, no sólo por la ropa interior que trae ahora trae sino por esos hermosos ojos verdes que me vuelven a mirar como si fuera alguien irreal. Me ac
Último capítulo