Capítulo 111. Ubicando lealtades
Alex observó a Olga con una mirada firme, midiendo su reacción. Sabía que lo que estaba pidiéndole no era fácil, pero no había otra opción.
—Marco solo baja la guardia cuando tiene lo que quiere —dijo con voz calculada—. Si queremos atraparlo, debemos darle justo eso. Distráelo, hazle creer que puede recuperar su vida contigo. Irina debe aceptar su rol, jugar su parte.
— ¿Quieres decir qué?...
—Irina debe aceptar que es su hija, deben fingir amarlo, ser felices de dejarlo entrar en sus vidas y dirigirlas.
—Él se dará cuenta de que miento —argumentó Irina.
—Es muy fácil, solo déjalo darte cosas, para Marco lo material habla de amor.
Olga no parpadeó. No era ajena a los juegos de poder, y a pesar de lo repulsivo que le resultaba, entendía que esto no era solo un sacrificio personal. Era una guerra.
—No tendré problemas en hacerlo —respondió con una frialdad que sorprendió incluso a Irina—. Pero quiero garantías.
Giró hacia Richard, su expresión era ahora la de