Aprendiendo De Nocturne
Damian despertó con la mente nublada, como si emergiera de un sueño demasiado real. Su cuerpo se sentía extraño, ligero y fuerte al mismo tiempo. El dolor había desaparecido.
Parpadeó, tratando de aclarar su visión mientras recorría con la mirada la habitación. Era como si el tiempo se hubiera detenido en ella. Los muebles eran antiguos, pero impecables, de madera oscura tallada con detalles intrincados. Cortinas de terciopelo cubrían las ventanas y la tenue luz de los candelabros danzaba en la piedra pulida de las paredes. Era otro mundo.
Sin embargo, lo que más lo descolocó fue la sensación persistente en la punta de sus dedos: la piel de Alessia. Su calor, su aroma, la manera en que su cuerpo había respondido al suyo con una perfección aterradora. Su boca aún recordaba el sabor de su sangre y un escalofr&iacu