Erick se despertó y se estiró, sintiéndose bien. La semana había sido un torbellino de actividades, pero se había encontrado divirtiéndose un poco, algo que debía haber hecho desde hacía tiempo. Trató de convencerse a sí mismo de que no era más que diversión, pero como había pasado cada hora de cada día con Lara, se había encontrado necesitando estar con ella. Se había obligado a bajar un poco el tono, pero no podía alejarse del todo.
Al menos todavía no, no podía.
No sabía cómo sobrevivían los dos con tan poco sueño. Aún no habían pasado una noche entera sin despertarse al menos una vez para hacer el amor de nuevo. La noche anterior, se había despertado dos veces con una necesidad urgente de poseerla. La primera vez, ella había estado igual de hambrienta y se habían corrido juntos rápidamente, una maraña de brazos y piernas. La segunda vez había sido más pausada, y ambos se habían vuelto a dormir rápidamente.
Erick extendió la mano, hambriento una vez más solo de pensar en hundirse e