Mariano no pudo contener su sonrisa, “¿todos mis favoritos?”

Matilda asiente, “claro, sino ¿cómo te muestro mi sincero agradecimiento?”

“No lo sé, un masaje también vendría bien…”

Las mejillas de Matilda se encendieron con un toque de pena, “eso puedo hacerlo cada que sea necesario… no es lo mismo que nos sentemos a una comida especial.”

Matilda se sonroja aún más, no sabiendo si lo que dijo se pudo malinterpretar, por lo que intenta corregirse, “… o sea, especial porque… es mi muestra de agradecimiento por todo lo que has hecho por mi.”

“Que sepas que no me voy a quedar de brazos cruzados, solo de espectador…”

Matilda suelta una risita, “¿así eras con Aria de joven?”