—Estás loco —dije, abriendo la boca mientras me bajaba de la camioneta y observaba todo a mi alrededor, impactada por lo que veía.
Cuando Donovan me dijo que hiciera la maleta porque saldríamos de casa por unos días, jamás pensé que terminaríamos en un lugar tan hermoso.
Según él, teníamos que celebrar mi nuevo estatus y, aunque apenas había pasado un día, no podíamos dejar pasar esto por alto. Mucho menos ahora que Adrik había sido encarcelado hasta nuevo aviso.
Según el abogado, si seguía comportándose como en el juzgado, se extendería a un par de días más.
La abuela de los chicos había estado llamando a Donovan, furiosa, pero él simplemente le dijo que le enviaría el video de la cinta de seguridad para que viera al mocoso al que tanto defendía, actuando como una bestia.
Después de eso, no supimos nada más de la familia Gavrilov. Donovan tampoco quiso seguir indagando, al menos no por ahora.
Pensándolo mejor, quizás fue por eso que me trajo a este lugar. Definitivamente parecía sac