¡Todo era un desastre!
Primero, el malnacido de Owen la terminaba por mensajes, y por más que intentaba localizarlo, no lo encontraba por ninguna parte. ¿Había huido?
Y ahora… ¡Ahora la idiota de Brianna había cruzado las líneas!
Ella y su madre fueron echadas de la empresa, quedando en ridículo ante todos los empleados, que no contuvieron sus risas, ¡desgraciados!
Terminaron en la entrada de la empresa, y como Ezra se había ido con el auto, se vieron obligadas a tomar un taxi.
—No puedo creer todo esto, mamá. Si papá no hará nada contra Brianna, nosotras tenemos que hacerlo. ¡No puede quedarse con la empresa así como así! —chilló.
Dalila no le prestaba mucha atención, pues estaba muy metida en sus pensamientos. Ivette intentó que le hiciera caso, pero fue imposible, así que siguió refunfuñando todo el camino, rezongando como una niña pequeña recién castigada.
Llegaron a casa, pero apenas bajar del auto encontraron a un oficial de policía junto a un hombre que vestía de traje.
—Buen d