La nueva casa de los Bridge estaba ubicada también en Ballsbridge, pero un poco más allá. Era una antigua propiedad que llevaba tiempo siendo restaurada, y que parecía tener demasiado espacio.
Como Kane aún no podía manejar, Brianna iba al volante, y el rubio y su copia en miniatura estaban en la parte trasera.
—¿No te molesta no manejar, Kane? —preguntó el niño, que iba en su asiento infantil a contramarcha, así que lo veía directamente.
—¿Por qué lo haría? Tu mami maneja muy bien.
Evan soltó una risita e intentó ver a su madre, pero no le fue posible.
—Mami es muy buena —murmuró, pero de repente bostezó.
—¿Tienes sueño? Es bastante temprano para eso.
El nene pareció paralizarse un momento, y algo que Kane no pudo identificar pasó por sus ojos antes de que negara con la cabeza.
—Solo estoy un poco cansado por jugar tanto, eso es todo —murmuró y miró por la ventana.
Kane no pudo evitar soltar la carcajada.
—Es la primera vez que escuchó a un niño decir que está cansado de jugar. Esto