A la misma hora en que Valeria estaba reunida con Carmina, conociendo a los trillizos y tomando notas sobre el caso pro bono, Franco se reunió con Magda, la jefe de área de Derecho Laboral de la firma Carrizosa y Asociados.
—¿En serio vas a recurrir a esto, Franco? —dijo Magda cuando el todavía jefe de Valeria le presentó el argumento del caso pro bono para que la joven asistente siguiera siendo su subordinada.
—Sabes que, pese a que se trata de un tecnicismo, es uno de no poca monta y que, al menos administrativamente, impide el traspaso de Valeria a tu área —dijo Franco, sentado frente al escritorio del despacho de Magda.
—Tú mismo lo acabas de decir, es solo un tecnicismo y no impide que le asigne otros casos a la chica, mientras sigue con su proceso pro bono que, de todas formas, yo podría supervisar —dijo Magda—. Basta con que redactes un oficio y lo firme tu padre o cualquiera de los socios.
Franco torció los labios y se llevó la mano a la quijada.
—¿Y si te dijera que Valer