Capítulo diez
Desde que Eliodas me trajo de regreso me ha estado mirando todo el tiempo sin hablar
- ¿en verdad le vendiste tu alma al diablo? - asintió - ¿por qué no dejas de mirarme? - hay algo que está mal, no es lógico que todos quieran robarte - ¿qué quieren robarme? - volvió a asentir - Atiel es un ángel muy astuto, no habría venido a tomar algo que me pertenece sin una buena razón - le podías haber preguntado - sugerí - los ángeles no pueden mentir - no miente, pero son expertos distorsionando la verdad - a lo mejor tus respuestas están en el pasado - sugerí - no te aproveches de la situación para sacarme información - me prometiste que me devolverías todos los recuerdos - tienes razón, es que no me gusta darte esos momentos, me quedé con ellos para borrar tu dolor - me senté frente a él como había hecho la vez anterior en que me devolvió parte de mis recuerdos&