Cap. 13: ¡Una chispa encendida!
Alfredo contuvo el aliento por unos segundos; sin embargo, se obligó a reaccionar.
—Buenos días, Juliana. ¿Podemos hablar? —preguntó con su voz suave, y varonil a la vez, mientras se ajustaba el cuello de la camisa, nervioso.
Juliana sintió un estremecimiento de pies a cabeza. Asintió, luego volteó y miró a sus primas.
—Al frente venden unas hamburguesas deliciosas —advirtió, jugueteando con un mechón de su cabello castaño.
Marypaz y Dafne se miraron a los ojos, ambas apenas tenían diecisiete años, pero la una era demasiado avispada, y la otra tenía una inteligencia superior a los demás. Maryluz, en cambio, sabía todo el enredo, pero no dijo nada. Se puso de pie.
—Vamos niñas —solicitó, levantándose con agilidad y ajustándose la falda con un gesto rápido.
—Buenos días, don Alfredo —saludó Marypaz con su vecino, haciendo un ligero gesto con la cabeza, cuando llegaron a la puerta. Las demás chicas también lo saludaron.
—Hola, señorita Duque. ¿Logró conseguir más tierras? —indagó esbozan