Clarissa se molestó al ver que Giulia seguía llorando, mientras ella intentaba explicarle a Luca.
—Luca, de verdad no estoy mintiendo, me siento muy mal…
Su voz era suave y llorosa, lo que hizo que Clarissa se sintiera incómoda.
—¿Sabes quién estaba aquí antes? —preguntó Clarissa, notando que Luca iba a consolar a Giulia. Su tono era sarcástico.
—Él es Javier.
Dicho esto, Clarissa se dio la vuelta y se fue.
No quería seguir viendo esa farsa. Era solo una aburría.
Javier. Un prodigio famoso, nacido en una familia de médicos. Es el director de este hospital, ¿cómo iba a equivocarse en un diagnóstico tan simple? Eso sería un chiste.
Luca miró fijamente a Clarissa mientras se alejaba, llena de ira.
—Clarissa, el tema del divorcio no está decidido, no creas que podrás irte de la familia Ferrucho tan fácilmente.
Clarissa se detuvo, sin voltearse, y su tono tenía algo de desprecio.
—No es solo tu decisión, hablaré con tu padre.
—En cuanto a ti, mejor cuida a tu Giulia.