Si Giulia en verdad había perdido al bebé, entonces fue a propósito para culpar a Clarissa y poner a Luca en su contra.
Pero si nunca había estado embarazada y las pruebas de sangre no coincidían con su ADN…
Entonces, Clarissa no pensaba dejarla ir tan fácilmente.
Le haría pagar por lo que había hecho.
En el hospital.
Giulia estaba recostada en la cama, sosteniendo un espejo frente a su cara. Sus ojos hinchados por el llanto reflejaban una frialdad que daba miedo.
Lentamente, bajó la mano y acarició su vientre plano, soltando una risa burlona.
—Después de todo esto, Luca por fin verá lo “cruel” que es Clarissa.
—Es tan impulsivo… Seguro que no dudará en divorciarse de ella.
Se pasó los dedos por los párpados enrojecidos. Había llorado tanto que sus ojos ardían, pero no le importaba.
En cambio, de su garganta salieron carcajadas ahogadas, llenas de satisfacción.
¿De verdad estaba embarazada?
Por supuesto que no.
Luca siempre era cuidadoso, asegurándose de que t