Clarissa miraba a Vittoria, que se había quedado callada, y de pronto recordó lo que la abuela había dicho la noche anterior sobre presentarle una señorita a Samuel.Le echó otra mirada a Vittoria, que era guapa, alegre, y pensó un momento antes de decirle con un tono relajado:
—¿Nada que consigues un novio? ¿Quieres que te presente a alguien simpático? Es un tipo tranquilo, responsable, nada que ver con esos que andan de fiesta en fiesta.
Se refería al hermano de Giovanni, Samuel, que seguro sería buena opción.
Al fin y al cabo, la familia Santoro siempre fue estricta con su educación, y nunca se metieron en escándalos.
Clarissa pensaba de verdad que Vittoria era una gran persona. Y aunque no terminara en algo con Samuel, por lo menos podrían llevarse bien como amigos.
Pero para su sorpresa, Vittoria enseguida dijo:
—Déjalo así. Tú y Giovanni tienen algo muy especial, se nota que él te quiere con todo el corazón. Si me lo presentas, ¿no sería todo muy forzado? Los amigos de Giovanni, ¿