No, no dormí. Pasado el mediodía Axel se despertó. Estaba sentado en el porche, mirando el mar que estaba muy cerca. Ya había desayunado y vestía un diminuto biquini. Ya no importaba. A Axel no le importaba lo que vestía. Si caminara desnuda por el complejo ni siquiera le importaría.
Me besó en la frente y dijo:
- Buenos dias querida.