Me desperté con los rayos del sol en la cara. Abrí los ojos y vi a Axel acostado a mi lado, todavía dormido. Me levanté y pateé su pierna, no muy fuerte. Axel abrió los ojos y dijo:
- Nunca me imaginé despertar siendo pateado en mi luna de miel.
- Es lo que te mereces, Axel Collins. - dije jalándolo de la mano. - Tenemos que prepararnos porque nos vamos pronto.