Mundo ficciónIniciar sesiónEl teléfono empezó a sonar desde el lavabo mientras me duchaba en el cubículo ínfimo, los codos pegados a mis costados porque casi no tenía espacio para moverme. Era el tono de llamada de Dylan. Era media hora después de lo que solía volver a casa, e imaginé que debía haberse acordado que tenía una novia y que a esa hora se suponía que ya estuviera allí.
Lo dejé sonar hasta que se activó el buzón de voz. Volvió a sonar diez segundos después. En vez de dejarme un mensaje, había optado por insistir. Acabé por silenciar el teléfono para terminar de bañarme, porque no pensaba responderle todavía.
La renta incluía servicio de ropa blanca, así que me envolví en el grueso toallón, amplio y perfumado, que colgaba junto a la ducha. De regreso junto a la camita, busqué en mi bolso la ropa inte







