Faltando tan solo horas para el banquete, es momento de estar manos a la obra.
No escatime mucho tiempo en pensar qué cocinar, en los banquetes de mi pueblo es común cocinar algo tradicional de nuestra nación, Alemania.
Lo cual consiste en su mayoría en una cosa: Carne.
Supongo que por eso Moros ama las comidas que le preparó, la presencia notoria de gran proteína en ellas es algo llamativo para el dios, que odia casi todos los carbohidratos y los cataloga como alimentos sin sabor, casi incomibles.
Y no puedo llevarle la contraria, la carne es atractiva en todos los sentidos. Es jugosa, con un sabor único por sí solo, cuando la cocinan bien hasta se derrite en la boca y sus distintas maneras de sazonarla son solo otra manera de disfrutar esta comida.
¿Que prepare al final?
Algunas wurst, las típicas salchichas alemanas que hice asadas para la ocasión, no pude evitar comer unas cuantas de ellas a medida que cocinaba.
Eisbein, o mejor conocido también como codillo de cerdo, extremadamen