Capítulo 94. Ella lo merecía.
Emilia tuvo que parpadear varias veces para tratar de comprender que era lo que tenía que ver
ella con todo lo que acababa de confesarle, sobre su dolor y su falta de amor.
— ¿Yo? — la confusión se escuchó en su pregunta y Dante no pudo evitar sonreír.
— Sí tú, al aparecer en mi propuesta de matrimonio ese día me salvaste de cometer el
mayor error de mi vida, y te lo agradezco.
— De nada. — Ella sentía que su corazón se iba a salir de su pecho como caballo desbocado.
— Y no sólo me ayudaste con eso sino que me llenaste de tu amor y tu lealtad incondicional,
ayudándome a entender que el amor no es un deseo de posesión sino de sentido de
pertenencia y deseo de cuidar al otro, contigo aprendí que todo lo que hago puede ser
reconfortante, y que el amor viene en muchas medidas y tipos, adoro convivir con tu
hermanito, sinceramente lo siento como parte de mí, y a ti te veo como alguien a quien
quiero cuidar y proteger con mi vida si es necesario, Emilia, eres el motivo por el que
quiero con