| 67 parte I |

Oliver:

Me encontraba trabajando en el taller como de costumbre, pero mi mente estaba en casa con Hope, estaba al cuidado de Tamara y probablemente de esa otra persona. Aún no lograba descifrar quien era, pero sabía que si estaba con Tamara, no sería buena persona.

Aún pensaba en la fulana fiesta, me he rehusado a ir, pero siguen manipulandome con Hope, no quiero tener que llegar al punto de lastimar a Emma, ella es una buena persona y desde que llegué a la universidad ella me ha tratado bien al igual que Jessie, no quiero lastimarla y menos de la forma en que quieren que lo haga.

No puedo violarla, no puedo hacer eso, yo jamás le haría daño a una mujer, porque tengo una hija y no quisiera que alguien la lastimara, no quiero tener que hacerlo y me odio a mi mismo por dejarme manipular de esta forma, así que tendré que correr el riesgo que me quiten a Hope porque no pienso hacerle daño a Emma, no lo haré.

—Oliver —escuché a mi jefe.

—¿Si señor? —limpié mis manos.

—Hay un auto que solo necesita cambio de aceite y de un solo neumático ¿Lo tomas?

—Claro señor —asentí.

Con solo hacer eso, era algo extra para mí, estaba ahorrando para rentar un departamento lejos de Tamara y estar con mi hija, lamentablemente desde que mis padres supieron que sería papá joven me echaron de casa y no contaba con nada más, por suerte aprendí rápido la mecánica y ahora trabajo aquí, no es el mejor sueldo pero si es algo para darle de comer a mi hija y comprarle lo que necesita.

Fui hasta donde estaba el auto y era un Mercedes Benz del año color plateado, joder, era el auto de mis sueños, fuera de el estaba parado un hombre rico a mi parecer porque tiene un traje que vale más que mi sueldo y a su lado había una chica de cabello castaño muy bonita.

Sacudí mi cabeza y me acerqué a ellos.

—Buenos días, mi nombre es Oliver y yo le haré los cambios a su auto.

Ambos me miraron de arriba a abajo, pero ella me dió una leve sonrisa que hicieron que sus ojos se achinaran un poco, en cambio el tipo no, solo me miró con asco.

—Hazlo rápido —el tono del hombre fue un poco grosero pero decidí ignorarlo.

Tomé lo que iba a necesitar y lo primero que hice fue hacerle el cambio de aceite y me concentré en cambiar el neumático, ya terminando, me di cuenta de que ellos estaban discutiendo, ella parecía un poco asustada, luego el la tomó por el brazo de manera brusca y le dió una bofetada.

Mi ira empezó y lo empujé hasta que cayó al suelo.

—¡Asqueroso mecánico! ¡Mira lo que hiciste! —se levantó.

—Podrás tener los millones del mundo, pero eso no te da derecho a tratarla de esa forma.

El rió —¿Y qué harás? Si se nota a leguas que eres un muerto de hambre..

Quería golpearlo pero mi jefe me detuvo.

—No lo hagas Oliver —me susurro—, es hijo de un gran empresario, nos pueden demandar.

Suspiré y asentí, recogí mis cosas y el tipo se fue dejando a la chica en el taller, ella se su bolso sacó un teléfono e hizo una llamada. Parecía que quería llorar y podía ver que temblaba un poco.

Me acerque un poco a ella.

—Oye ¿Estás bien?

—Si —sonrió nerviosa—, Gracias por defenderme pero no era necesario...

Fruncí el ceño ¿Ella hablaba en serio?

—Pues lo lamento por haberme metido, pero te Vi muy asustada y... Que te diera una bofetada no me pareció correcto.

—No es nada —negó—, de igual forma gracias.

Un auto muy lujoso llegó y se estacionó frente a ella. Se subió después de darme una pequeña sonrisa, aún su mejilla se veía roja por la bofetada y sin mas el auto se fué.

Pasaron las horas y mi jornada de trabajo había terminado, cómo siempre llegue a casa encontrándome con Tamara en la sala vigilando a Hope quien jugaba tranquilamente con su oso polar de juguete.

—Hola Hope, papá está aquí.

Sonreí cuando sus enormes ojos oscuros me miraron con alegría se levantó y tambaleándose camino hasta mi para abrazarme, la alcé en mis brazos y me la llevé a la habitación donde la coloqué en su cuna para poder bañarme.

—Espero que estés preparado para el sábado.

—Ya te dije que no lo haré —dije serio.

—Lo harás hermanito —rió— si no, despídete de la mocosa esta.

—Te lo advierto Tamara —la señalé—, basta de hablar así de Hope, no hagas que pierda los estribos y sacarte unos cuantos dientes, me importa lo que hagas tu y tu séquito, a mi hija nadie la a tocar, sobre mi cadáver.

ella rió —Creeme que no falta mucho para eso.

Y sin mas salió de la habitación, mire a Hope quien estaba mirándome fijamente y sonreía, tengo que hablar con Jess antes de la fiesta, no puedo permitir que le hagan daño a Hope y a Emma.

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