A las seis de la mañana despertó Simón de un jalón, se levantó rápidamente en silencio y salió a trotar, al principio una melancolía lo inundó, ese circuito lo hacía casi a diario con Jackie, extrañaba sus ladridos o cuando se enredaba entre sus piernas siendo cachorro.
Mientras más subía el cerro más fuerte era la pisada como una promesa de vida a su fiel amigo, en su mente no pasaban más que imágenes del can en distintas etapas de su vida, su corazón clavaba fuerte, cuando llegó a la cumbre casi no respiraba, una angustia enorme lo embargaba, caló hondo el aire y trato de mantener la calma observando su rededor, sentía como si estuviera muriendo de un infarto.
De pronto entre unas piedras divisó algo negro, se acercó encontrando una billetera y una piedra grande con restos de sangre seca, no sabía si era de Jackie o de uno de los delincuentes.
sacó de su bolsillo un pañuelo y tomó la billetera en su mano, observó a todos lados por si encontraba algo más sin tener exito.
Comenzó a d