| 32 |

Julian:

Jamie llegó con Emma al departamento, era de esperarse de que estuviera feliz, yo me sentía feliz de al fin las tendríamos a las dos con nosotros..

El beso que le di a Emily fue increíble, me encantó probar de nuevo sus labios, en ese beso sentí todo lo que no era capaz de decirme, se que aún me ama y no sabe cómo decirlo, pero le daré tiempo y seguiré luchando por ella.

Al día siguiente desperté feliz porque mis amores amanecieron aquí y ya era definitivo que se quedarían, Jamie empezó a hacer llamadas para comprar un colchón apto para Emma, compró Miles de productos para la limpieza y así asear bien la habitación al igual que el baño, yo por mi parte estaba colocando las cajas con las cosas de Emily y Emma, al fin dejaron aquel horrible departamento.

Es la última, oficialmente ya viven aquí.

—¡Si mami! —Emma aplaudió—, este es más grande y podré caminar un poco más y allá abajo hay un parque, podré ir con mis papás.

Ya Emma nos llamaba papás, cosa que me hacía aún más feliz.

Debía irme a la constructora a resolver un asunto y atender a un cliente que llegara hoy.

—Debo irme mis amores, nos vemos en la cena.

Le besé la frente a Emma y le di un corto beso a Emily, Jamie debía quedarse para ayudar a ordenar las cosas.

Me subí al auto y maneje hasta la constructora, saludé a mi secretaria y entré a mi oficina, luego me senté en mi escritorio y empecé a hacer los pendientes, mañana es fin de semana y planeo darles un hermoso día a mis amores.

Mi secretaria entro a mi oficina.

—Señor, el señor Maxwell está aquí.

—Bien, hágalo pasar por favor.

Ella asintió y al poco tiempo entro el detective Maxwell, lo necesitaba esta vez para un trabajo.

—Señor Allen, que bueno verlo.

—Igualmente —estrechamos las manos—, siéntese por favor.

Lo hizo al igual que yo.

—Dígame que necesita señor Allen.

Sacó su libreta junto con su bolígrafo.

—Necesito los nombres de tres personas —dije serio—, es un asunto muy personal y necesito que los localice rápidamente.

—Bien señor, dígame sus nombres.

—Charlie Jonhson, Nico Lotch y Alex Morgan, ese último es de una mujer —el asintió mientras anotaba—, quiero saber todo sobre estas personas, direcciones, trabajos, vidas personales, todo —enfaticé "todo" en un tono duro—, están ligados a mi esposa Emily Larson, sera mas sencillo.

—Bien señor Allen, tendrá esa información lo antes posible —asentí.

Saqué un sobre con tres mil dólares y se los di.

—Mil por cabeza —le dije y el asintió—, cuando me traiga la información completa le daré dos mil por cabeza.

—Bien señor Allen —se levantó—, empezaré con su encargo, total discreción.

—Total discreción —repetí.

Contraté a Maxwell porque es el mejor del estado y uno de los mejores del país, no quise contratar al anterior ya que el no me dió ningún resultado sobre Emily cuando la buscaba.

Tenía que encontrar a esas basuras y hacerlas pagar por todo el daño que le hicieron a Emily, de Andy me iba a encargar personalmente, el infierno será poco para lo que les espera.

Seguí con mi trabajo, mi secretaria me trajo el almuerzo y seguí, tenía muchos pendientes por arreglar y clientes que atender, ésta semana llegaba más material y Jason no estaba, ya que le di las vacaciones que tanto me pidió así que el trabajo se está acumulando.

Una hora después..

Pasó una hora y ya estaba más que agotado, en serio hacía falta Jason aquí.

Mi secretaria entró de nuevo.

—Señor su cliente está aquí.

—Hágalo pasar por favor —asintió.

A mi oficina entró mi cliente, era alto, de hecho bastante alto y enorme, venía vestido con un traje sin corbata y el saco suelto, también tenía el cabello largo y recogido.

—El mismísimo Julian Allen —sonrió de lado.

¿Me conoce? Pues obvio que me conoce, somos populares ahora.

—Bienvenido ¿señor..? —deje la pregunta al aire.

—Koch, Cassian Koch —sonrió.

Parpadee varias veces, estaba sorprendido, no lo veía desde hace años. Me levanté de mi silla y fui hasta el para abrazarlo.

—¡Joder Cassian! —nos abrazamos—, no te veía desde..

—Desde la reunión de la universidad —asentí— estás canoso —rió.

—Tu tampoco te quedas atrás —lo señalé—, siéntate por favor.

Lo guíe hasta el sofá que hay en mi oficina.

Cassian Koch, lo conocí cuando entré a la universidad, el era bastante popular con las chicas, de hecho sigue igual, aunque con algunas canas también.

—¿Que te trae por aquí?

—Pues vine con la intención de hablar con tu padre, pero veo que estás a cargo —se cruzó de brazos y piernas.

—Si, ya tengo cuatro años trabajando aquí, nos ha ido de maravilla.

—Se nota —el miro mi oficina—, ya no usas el apellido de tu papá para presumir —rió.

Dios que vergüenza, en la universidad siempre me la vivía presumiendo que mi padre era dueño de una de las constructoras más grandes de Chicago.

—Ya no soy más ese hombre inmaduro, ahora soy un hombre distinto.

—Puedo verlo —asintió— es bueno que hayas dejado atrás todo eso.

Es bueno volver a verlo. Fue un buen amigo en mi época de la universidad. 

—¿Que te trae por aquí? —pregunte.

—Pues —se acomodó en el sofá—, sabes que tomé hace años el cargo de la pastelería de mamá —asentí—, junto con Cedrik, en estos últimos años nos ha ido de maravilla y queremos expandir la pastelería por dos estados y Chicago es uno.

—Ya veo, entonces quieres que haga un presupuesto para ti.

Asintió.

—Así es, quiero hacer una pastelería aquí, voy a dejar a cargo a personas de mi total confianza, pero vendrán cuando esté lista.

Tomé mi libreta y empecé a anotar.

—Ya tengo el local, está en el centro pero no me gusta nada como estructura, quiero remodelarlo por completo, derrumbar todo y construirlo de nuevo.

—Bien, tenemos un arquitecto que puede hacerle los planos tal y como desees —asintió—, puedes venir mañana y nos reunimos con el para que le digas cómo lo quieres, de que tamaño y todo y así saco un presupuesto para ti.

—Me parece buena idea, estaré aquí solo tres días, debo volver a casa —sonrió.

Dejé la libreta sobre la mesa, le dije a mi secretaria que trajera café para ambos.

—Cuéntame Cassian ¿Que has hecho todos estos años?

—Pues —suspiró—, estoy felizmente casado con una maravillosa mujer, de hecho, Cedrik y yo nos casamos con ella —sonrió.

—¿En Serio? ¿Desde cuándo eres polígamo? —pregunté con curiosidad.

Cassian tenía la fama de ser un casanova en la universidad y siempre cambiaba de chica como lo hacía con la ropa interior y saber que está casado con la misma mujer que Cedrik me sorprende, a Cedrik lo conocí ya cuando me gradué de la universidad.

—Desde que la conocí a ella, ahora estamos casados y tenemos dos hermosos hijos —sacó su teléfono y me enseñó la foto donde salía su esposa y sus hijos— ella es Luna, mi esposa, ella es Lía mi princesa, tiene cinco años y el es Axel ya tiene once años.

—Vaya, tu hija es idéntica a ti —asintió— y el varón es el retrato de Cedrik.

—Así es, pero tratamos a ambos como nuestros hijos, no hay preferencias. ¿Que hay de ti?

—Pues.. hace cuatro años me casé, de hecho igual que tú —reí—, Mi hermano y yo nos casamos con la misma mujer.

—¿En serio? ¿Ustedes que jamás compartieron nada? Me dejas sorprendido hermano —rió.

—Pues si —me encogí de hombros—, luego me divorcié y ahora tengo una niña de casi cinco años, se llama Emma y es una belleza de niña.

—Puedo ver qué aún la amas ¿O me equivoco?

—No te equivocas, la amo, pero estamos en plan de recuperarla.

—¡No te rindas! —me animó—, uno siempre tiene que luchar por lo que es de uno —rió—, si ella te ama o bueno, los ama, volverá a ustedes.

—Dios te oiga —reímos— aunque tiene un carácter muy difícil.

—¡Jah! Dímelo a mí que llevo años con una, si me oye diciendo esto me cortaría los huevos —reímos de nuevo— Bueno, debo irme, mañana nos reunimos de nuevo para concretar todo —asentí—, también quiero conocer a tu hija y a tu mujer, porque lo es.

—Claro que lo es, mañana mismo podrás conocerla ¿Te parece?

—Por supuesto —nos levantamos—, nos vemos mañana señor Allen —rió—, aún no creo que estés a cargo —negaba— tengo que verlo para creerlo.

—Muy chistoso, jamás cambias —negué.

—Jamás amigo mío —me palmeo el hombro—, adiós.

El salió de mi oficina no sin antes intercambiar números, en serio tenía que seguir en contacto con el, siempre es bueno encontrar de nuevo a esas amistades de la juventud.

Terminé los pendientes y salí de la constructora, pensaba en mis amores ¿Que habrán hecho con Jamie? Seguro que nada bueno, ya que el suele ser desastroso, pero ahora no me importaría mucho el desastre con tal de ver a mi hija sonreír y ser feliz.

Mi amada hija....

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP