Sus labios gruesos sabor a chocolate, su fragancia a tierra fresca, sus enormes manos. Todo eso recordaba Kyra después de aquel apasionado beso.
Ninguno de los dos huyo, ambos disfrutaron del momento y después de separarse se despidieron con un simple buenas noches.
Kyra daba vueltas en la cama y la sonrisa en su rostro no podía eliminarla. Ese beso, ese momento había sido mágico.
Toc, toc
Escuchó pequeños toques en su puerta. Se levantó de prisa y abrió sin esperar.
―Buenos días, señorita. ―Saludó una de las chicas del servicio―. El señor Storm la espera en el comedor para que lo pueda acompañar a desayunar.
Kyra se asombró ante tal anunció. Desayunaba sola después de Daniel se iba de la casa una de las chicas le llevaba el desayudo o incluso ella bajaba a la cocina para prepararse su propia comida.
―Gracias, bajo enseguida.
Corrió hacia el armario y tomó las primeras prendas de vestir que encontró. Lavó su cara y arregló su cabello. Incluso uso su colonia favorita, no se preocupó po