DAMIÁN ASHFORD
El frío del alcohol sobre mi piel apenas logró distraerme. No podía apartar la vista de la pantalla del televisor mientras el médico terminaba de tomar la muestra. La imagen era clara, el cintillo de noticias rojas anunciaba con una seguridad insultante mi supuesto compromiso con Mindy. A su lado, una fotografía de ella con una sonrisa angelical y una mía que parecía tomada por un «paparazzi», porque claramente no teníamos ninguna foto juntos que pudieran usar. Sentí un nudo de furia en el estómago. Sabía que mi madre estaba detrás de esto.
El doctor hablaba sobre los tiempos de espera para los resultados, pero su voz se volvía un eco distante. Mi mano ya estaba en el bolsillo, sacando el teléfono para marcarle, cuando la pantalla se iluminó con