DAMIÁN ASHFORD
—Soy copropietario del bufete de abogados Leblanc & Davis —agregó Bastián como si en verdad necesitara saber más de él—. Principalmente, soy socio de Andy y… su prometido.
Mi mandíbula se tensó. Miré de inmediato a Andy, esperando que lo desmintiera, que se riera y dijera que ese comentario era una de sus ridículas bromas. Pero no lo hizo. Lo que hizo fue lo peor que podía haber hecho en ese momento: callarse.
Cuando creí que no podría sentir más odio, ese idiota soltó una bomba de esa magnitud. ¿En verdad estaban comprometidos? Imaginarme que el corazón de esa feroz pantera le pertenecía a ese hombre simple y sin ambición me revolvió el estómago. Entorn&ea