— Lara!— Regresé a mi realidad y mire a Susana que me miraba con el celo fruncido.— Estás bien amiga?— preguntó evidentemente preocupada — Te quedaste ida
Que vergüenza
En ese momento note que Enrique y lisandro me miraban también.
— Si, lo siento me quedé pensando en los niños
— Tienes hijos?— Preguntó Enrique
— Si, de hecho tengo dos, son gemelos— Sonreí al hablar de mis hijos, eran lo más hermoso de mi vida.
— Me encantaría conocerlos
Bueno...
— Podemos ir algún sitio, los gemelos son muy hermosos, se llaman Said y Sebastián — Dijo Susana, la miré mal para que dejara de hablar de ellos y de hacer planes.
— Bueno creo que es hora de irme — Me levanté
— Amiga podrías tomar un taxi?— Preguntó Susana
Debí suponer esto y traer mi auto.
— Claro
— No! No hace falta, yo puedo llevarte
No sé si yo era paranoica pero... Eliminé esos pensamientos de mi cabeza y asentí.
Nada estaba mal y sabía que Julián estaba cuidándome desde lejos pero lo hacía, el nos diaria que nada me sucediera.
—