El enojo es evidente en el hombre que lanza y patea todo lo que encuentra a su paso, pero no era para menos, ningún plan les había servido y el tiempo se les estaba agotando.
Para que su padre se acercaba a su abuelo, se marchó lejos de Alessandro, pero aún así, no había logrado siquiera hablar con él por teléfono. Augustus, estaba bastante ofendido, para caer tan fácil en la trampa.
— Sé que estamos quedándonos sin opciones. Pero debemos mantenernos calmados, perder la cordura no va a ayudarnos — comenta Cuervo su amigo.
— Ya no voy a soportar esto más. Volveré al plan inicial, consigue munición para mí, destruiré todo lo que ama mi abuelo o le parece importante, así, saldrá de su madriguera — dice Alessandro, tomando armas y bombas.
— Espera un poco.
— Ya no voy a esperar más. Lo haré a mi manera y no pienses en detenerme o te mataré — amenaza Alessandro y su amigo suspira asintiendo.
— Ve, entonces y llévate a los chicos, yo seguiré buscando desde acá y pasando tiempo con mi pequeña