Dos días después
Narra Kim
Mi mente intenta procesar toda la información, sin que ello me altere. Y aunque, logró no alterarme, sigo sin entender en qué momento, se ha complicado tanto mi vida, al punto de tener que marcharme.
— No me iré. — digo decidida mientras los tres intentan convencerme de ello.
— Kim, sé que es complicado entenderlo, pero, necesito que lo comprendas. Las cosas no están bien y debemos apresurarnos.
— Es su familia, no debe imponerse sobre sus deseos y menos, si alguien que no es de su familia, está implicada. — digo molesta.
— Mi padre no es así, Kim — comenta el señor Bill — Aunque quisiera decir que nos va a escuchar, no lo hará y no puedo ir en su contra. No por mucho tiempo.
>> Así que, debemos movernos, cada minuto que pasa, hace que disminuya la oportunidad de que veas a tu hijo. Si él no ha hecho sus movimientos, es porque aún estás delicada de salud. Pero, apenas pases todo riesgo, no habrá nadie que impida llevarte. Ni siquiera nosotros.
‘Rayos, de