Como ninguno se marcha y el consultorio es bastante grande para todos, los dos se quedan allí, mientras yo me coloco en la camilla donde me harán la ecografía. Mientras Alessandro y Lu discuten sobre sus responsabilidades con el bebé, yo intento recordar cada momento de esta cita médica.
Lo que creí que experimentaría solo con Lu, terminé experimentándolo con mi jefe o más bien, mi exjefe. Algo que no espere vivir, pero, ahora que lo vivo, solo puedo sonreír. Después de todo, no es tan malo como creí.
— Bueno, ¿estamos listos? — pregunta la ginecóloga y yo asiento.
La disputa entre Lu y Alessandro cesan por ahora cuando, la doctora coloca el gel frío sobre mí vientre. Pero, cuando está por colocar el ecógrafo en mi vientre, tocan a la puerta.
— Lamentamos llegar tarde. Pero, ¿podemos pasar? — escuchamos decir después de los toques.
— Es mi madre — murmura Alessandro
— Abre la puerta. Si vino, es porque quieres estar aquí. — murmuro y él asiente caminado hacia la puerta donde entra s