La preocupación invadía a Gabriela Delacroix y Lucía Parker. Llevaban más de una semana sin saber de Alessandro y de esa, más de cinco días sin poder ir a buscarlos por la lluvia que estaba en casi todo el continente.
La lluvia que en partes del continente era con viento violento y en otras con tormentas eléctricas, era un peligro que había causado ya mucho daño en varias ciudades de dos continentes.
El huracán en algunos lados, había causado tantos daños a viviendas, que no permitían que salieran a escuelas o a trabajar. Ya que, el huracán, se llevaba hasta buses parqueados y ya había dejado varios desaparecidos.
En la isla, donde Gabriela y Lucía se encontraban. Los daños habían sido tan fuertes que las paredes de vidrio, habían sido reforzadas creando una casa tan sólida como el edifico donde habían empezado a vivir.
— Señora, ya todo está listo. No habrá algún inconveniente por más que llueva y haga brisa. Todo ha sido reforzado. — informa el mayordomo de la casa.
— Para serte s