—¡Michael! No te esperaba —dijo Paola.
—Sí, tenía que venir. Déjame entrar —respondió Michael.
—Michael, deberías haberme informado antes de venir aquí, estoy un poco ocupada en este momento —dijo Paola.
Una fuerte bofetada aterrizó inmediatamente en la mejilla de Paola, haciéndola caer hacia atrás.