—¿Estás segura? Suenas de alguna manera... —preguntó Michael.
Paola apartó el teléfono de su oído, se limpió las lágrimas y luego volvió a colocarlo en su oído.
—Acabo de despertarme. Confía en mí, estoy bien —respondió.
—Está bien, entonces. Mientras tú estés bien, yo estoy feliz. Hablaremos más ta